Dia de sol con luz de septiembre.
Hoy hemos decidido comer a pie de playa. Hemos optado por Malibú, en Las Salinas.
Playa a media entrada lo que hace más agradable el lugar. Casi la playa de los veranos de los años 70… cuando Malibú no existía aún.
El lugar, la atención y la cocina merecen una reseña. Servicio impecable que nos brinda Valentina.
Como entrantes nos hemos decidido por unas gambas al ajillo, perfectas, y unos boquerones en vinagre, carnosos y bien aliñados.
De su carta de pescados, arroces, y mariscos nos decidimos por su plato estrella: langosta y bogavante fritos con patatas y huevos, acompañados de pimientos rojos y ajos asados.
Una delicia recién salida del vivero del restaurante.
Punto de cocción verdaderamente insuperable, y unos huevos fritos camperos con sus puntillas, como debe ser.
Acompañamos el almuerzo con vino de las Pitiusses: el blanco SAVINA de la bodega Terramoll. Blanco sin crianza que alía sabiamente variedades distintas como viognier, malvasía, moscatel, garnacha blanca… Una buena referencia de Formentera.
Felicitamos al chef Arka Izaguirre que lleva 7 años al frente de estos fogones y a su ayudante que lleva 20.
El plato de la langosta o el bogavante fritos con patatas y con huevo añadido se ha convertido en uno de los clásicos de la cocina ibicenca. Pero no siempre se encuentra tanta calidad y frescura de la materia prima y tan exacto punto de cocción.
Otra vez nos ocuparemos de los arroces que tienen justificada fama.
Un placer almorzar este sábado 5 de septiembre en el Restaurante Malibú , darse unos baños en la playa de Ses Salines y abstraerse por unos momentos de la pandemia que sufrimos.
Vera, Montse, Gonzalo y Daniel. Miembros de la Academia.